CARACTERÍSTICAS DEL TRASTORNO DE PÀNICO

 

El trastorno de pánico es una enfermedad real que se puede tratar satisfactoriamente. Se caracteriza por ataques repentinos de terror, usualmente acompañados por latidos fuertes del corazón, transpiración, debilidad, mareos, o desfallecimiento. Durante estos ataques, quien padece tras. de pánico pueden acalorarse o sentir frío, sentir un hormigueo en las manos o sentirlas adormecidas; y experimentar náuseas, dolor en el pecho, o sensaciones asfixiantes. Los ataques de pánico usualmente producen una sensación de irrealidad, miedo a una fatalidad inminente, o miedo de perder el control.

El miedo a los inexplicables síntomas físicos de uno mismo, es también un síntoma del tras. de pánico. A veces, quienes sufren ataques de pánico creen que están sufriendo un ataque cardiaco, que están enloqueciendo, o que están al borde de la muerte. No pueden predecir cuándo o dónde ocurrirá un ataque, y entre los episodios, se preocupan intensamente y se aterrorizan de pensar en el próximo ataque.

Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento, incluso al dormir. Usualmente, un ataque alcanza su máxima intensidad durante los primeros diez minutos, pero algunos síntomas pueden durar mucho más tiempo.

El tras. de pánico afecta a aproximadamente 6 millones de adultos estadounidenses y es dos veces más común en mujeres que en hombres.Los ataques de pánico usualmente comienzan a finales de la adolescencia o al comienzo de la edad adulta,pero no todos los que padecen de ataques de pánico desarrollarán el tras. de pánico. Muchos sólo tienen un ataque y nunca vuelven a tener otro. La tendencia a desarrollar ataques de pánico parece ser hereditaria.

Quienes presentan ataques de pánico repetidos y en su máxima expresión, pueden llegar a quedar muy discapacitadas por esta enfermedad, y deben buscar tratamiento antes de que comiencen a evitar lugares o situaciones en las cuales han padecido ataques de pánico. Por ejemplo, si un ataque de pánico ocurrió en un ascensor, alguien que sufre de tras. de pánico puede desarrollar miedo a los ascensores, lo cual puede afectar sus decisiones laborales o de vivienda y limitar los lugares dónde dicho sujeto puede buscar asistencia médica o diversión.

Las vidas de algunos se restringen tanto que terminan evitando actividades normales, tales como ir de compras o conducir un automóvil. Aproximadamente un tercio de estos sujetos se limitan a vivir en sus casas o sólo pueden enfrentar una situación temida si están acompañadas por su cónyuge o alguien de confianza. Cuando la enfermedad llega hasta este punto, se llama agorafobia o miedo a los espacios abiertos.

Un tratamiento temprano puede prevenir la agorafobia, pero quien padece del tras. de pánico puede en ocasiones ir de un médico a otro durante años, e ir a la sala de emergencias repetidamente, antes de que alguien pueda diagnosticar correctamente su enfermedad. Esto es desafortunado, ya que el tras. de pánico es uno de los tras. de ansiedad más tratables, ya que en la mayoría de casos responde a ciertos tipos de medicación o a ciertos tipos de psicoterapia cognitiva, lo cual ayuda a cambiar los patrones de pensamiento que conducen al miedo y la ansiedad.

Con frecuencia, el tras. de pánico viene acompañado de otros problemas graves, tales como depresión, abuso de drogas, o alcoholismo.4,5 Estas enfermedades necesitan ser tratadas por separado. Los síntomas de depresión incluyen sensación de tristeza o desesperanza, cambios en el apetito o los patrones de sueño, falta de energía, y dificultad para concentrarse. La mayoría de quienes padecen de depresión pueden tratarla efectivamente con medicamentos antidepresivos, ciertos tipos de psicoterapia, o una combinación de ambos.