CARACTERÍSTICAS DEL TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO

 

Este trastorno se desarrolla cuando se ha vivido o sido testigo de un acontecimiento traumático. Es decir, un acontecimiento que implica un daño grave a esa persona o a otras o una grave amenaza para su integridad física o psicológica o la de los otros. En respuesta a dicho acontecimiento, quien reacciona con un intenso sentimiento de miedo, impotencia y desesperación.

El trauma psicológico es una respuesta normal ante acontecimientos extremos y dolorosos. Se cree que cuanto más directa sea la exposición al acontecimiento traumático, mayor es el riesgo de trauma emocional. No obstante, no es necesario experimentar en un mimso dicho acontecimiento para desarrollar un trastorno de estés agudo, sino que ser testigo también puede provocarlo.

Para que se produzca un trastorno de estrés agudo (o postraumático) no basta sólo con vivir un suceso potencialmente traumático, sino que también es importante el modo en que se percibe. Cuando se experimenta con una sensación de falta de control e impotencia y la sensación de que no puedes hacer nada para controlar, evitar o modificar unos acontecimientos que son vividos como horribles, el riesgo de trauma es mayor. 

Síntomas: 

Para que se realice un diagnóstico de trastorno de estrés agudo, los síntomas deben estar presentes durante dos días como mínimo y un mes como máximo, y deben aparecer dentro de las 4 semanas posteriores al acontecimiento traumático. Si los síntomas persisten después de un mes, se habla de trastorno de estrés postraumático (que es un trastorno que suele hacerse crónico sin tratamiento).

Los síntomas son los siguientes: 

  • Falta de respuesta emocional. Quine lo padece no siente nada, sino una sensación de bloqueo emocional o vacío.

  • Sensación de irrealidad o de estar como en «una nube».

  • Despersonalización, o sensación de extrañeza de uno mismo.

  • Incapacidad para recordar determinadas partes del suceso traumático (amnesia disociativa).

  • Estado de activación y ansiedad incrementado y problemas para dormir o para estar despierto. Irritabilidad, hipervigilancia y estado de alerta casi continuo (se sobresalta con facilidad por los ruidos, por ejemplo), inquietud motora.

  • Problemas para sentir placer.

  • Reexperimentación del suceso traumático mediante imágenes mentales intrusas, pensamientos recurrentes, pesadillas o flashbacks. Los flashbacks consisten en recuerdos tan vívidos que es como si se estuviera experimentando de nuevo lo sucedido.

  • Evitación de los lugares, pensamientos, emociones, conversaciones o individuos que le recuerdan lo sucedido.

  • Estrés que interfiere con el funcionamiento normal, de manera que tiene problemas para funcionar a nivel laboral y social, realizar determinadas tareas o buscar tratamiento.