EL “JUEGO” DE LOS ROLES

 

¿Cómo es posible que personas normales, que asumen un papel al azar, acaben degradándose de esta manera?

psicologia-prision-stanfordLa gente, en general, no actúa sólo por voluntad propia y de forma desvinculada de las relaciones con otras personas. El experimento ejemplifica un cambio en las normas pertinentes de comportamiento.

Martín-Baró (1989) comenta que se puede pensar, con algunas limitaciones, pero que la fuerza de los roles reside en el hecho de que:

A) Son parte de un sistema social y, como tales, establecen la coherencia entre el comportamiento de las personas y el contexto social externo, lo que produce los beneficios socialmente sancionados.

B) Los roles tienen una consistencia interna, y su adopción arrastra la incorporación de sus exigencias; en otras palabras, el margen que la adopción de un rol da a las variaciones personales es mínimo y quien asume un rol lo asume como un todo significativo.

C) La acción termina moldeando a las personas, es decir, cada uno termina siendo aquello que hace.

 

I. Martín-Baró (1989). Sistema grupo y poder. Psicología social desde Centroamérica II (pág.148). San Salvador: UCA editores.

 

Las situaciones de división en roles generan despersonalización y la asimilación del rol antes que el criterio personal.  Al no considerar al detenido como persona sino como un miembro de algo odioso se despersonaliza a este. Igualmente, se despersonaliza también dentro de su uniforme al policía que en actuaciones policiales no muestra su cara, incrementándose así  el riesgo de que estos lleven a cabo acciones que no realizarían habitualmente.

Pero el detonante de las situaciones de violencia y potencial tortura es la cesión incondicional del uso del poder que dan los superiores (en este caso los responsables del experimento) a los participantes que ejercen el rol de policías (se produce un efecto parecido al del Experimento de Milgram), junto a una situación contextual que lo permita (la prisión del experimento –fuera del mundo real–, un proceso de incomunicación).

 

 

*Bibliografía: Ibáñez, Tomás (2003) (Coord.) Introducció a la psicologia social. Barcelona: Editorial UOC.