ACEPTACIÓN DEL DOLOR

 

Hay quien considera que para poder ser feliz no se debe sentir malestar. Que si hay malestar, hay un problema, y el problema debe ser eliminado.

 

felicidad1Toda la evidencia experimental disponible señala que no enfrentarse al dolor, al miedo, al malestar, limita o reduce considerablemente la vida personal, porqué para evitar este malestar se hacen o dejan de hacer acciones beneficiosas para la vida de uno mimos. Es como moverse en arenas movedizas para intentar salir y, sin embargo, hundirse más.

 

Por ejemplo, dejar de emprender una acción que consideramos que puede ser beneficiosa para nosotros por miedo a hacer el ridículo o a fracasar, es una forma de evitar el malestar generado por ese “miedo”, pero de este modo no haremos nunca nada.
Evitar el malestar es una reacción natural de las personas, pero debemos ser conscientes que por evitar las emociones negativas, en muchas ocasiones inevitablemente tampoco podremos alcanzar las emociones positivas.

 

Por ejemplo, no se puede amar a una persona y no tener miedo a perderla. Contra más se ame, más miedo se tendrá; es inevitable.

 

imaTampoco debemos querer olvidar a cualquier precio todo aquello que nos hace sentir mal, como los malos recuerdos de nuestra historia. Los recuerdos son nuestros, los buenos y los malos. Si se tienen malos recuerdos o recuerdos que hacen sentir mal, uno no debe obsesionarse en evitarlos. Simplemente hay que aceptarlos, sin más. Recuerde que usted no es sus recuerdos, si no una persona que ha aprendido de las distintas experiencias por las que ha pasado en la vida. Aunque el pasado pueda explicar en cierta parte el presente, ahora usted es dueño del momento presente y puede construir un futuro mejor gracias a lo que ha aprendido en el pasado.

 

Los psicólogos de Psicólogo Barcelona consideramos que no puede existir lo “bueno” si no existe lo “malo” para comparar. No tendríamos un “buen” día si no tuviésemos días “malos” con los que compararlo. Sabemos que una comida es “buena” porque la podemos comparar con otras que no lo son. Por ello siempre existirán emociones negativas, porque de lo contrario no existirían las emociones positivas.

 

contradiccionNo tenemos que pelear con el malestar que, a veces, sobreviene. No tenemos que deshacernos de los pensamientos crónicos ni de las sensaciones hirientes porque forman una parte inevitable de la vida.

 

Hay quien busca la solución al malestar en los fármacos o drogas: ¡Tómese tal y estará motivado, tómese cual y se sentirá bien… Y si vuelve a sentirse mal, tómese una más, distráigase, haga algo para olvidar, para no sentir el dolor, para no sentir los pensamientos taladrantes…!

 

Si se esfuerza en evitar el malestar, su vida quedará cada vez más mermada, sin apenas notar que se dejan las riendas en manos del malestar, en manos del “no puedo porque me siento mal”.

 

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En resumen y como conclusión, con este escrito no pretendo decir que debemos aceptar todas las emociones negativas sin más, lo que quiero decir es que cuando aparezcan estas emociones debemos valorar el coste de intentar evitarlas, porque muchas veces será mayor que el de aceptarlas, y que debemos ser conscientes de que es imposible no tener ninguna emoción negativa.